jueves, 6 de diciembre de 2012

C.O.A.


Sus orígenes se remontan a 1927, cuando la recién creada Junta Municipal de Melilla, redacta el primer reglamento por el que se regirá el servicio de autobuses urbano. Hasta entonces, multitud de camionetas de diversa índole, conectaban el centro con los barrios periféricos sin regulación alguna. Con itinerarios semajantes, se producían continuos enfrentamientos, incluso sabotajes entre ellos.
Ese mismo año, un grupo de comerciantes constituye la Compañía Ómnibus de Melilla, Sociedad Anónima (OAMSA). En principio dedicada al tranporte urbano, amplió su oferta a la vecina ciudad de Uxda. El panorama del transporte se completa con la compañía La Unión, resultado de la asociación del resto de camionetas. Hacía la línea Pza. España - Bº del Real, después de llegar ambas, a un acuerdo para no entrar en competencia.

Camioneta de OAMSA para la línea de La Hípica
En 1931 el endeudamiento económico y los disturbios laborales a comienzos de la Segunda República, echan por tierra todos los esfuerzos y logros alcanzados hasta entonces. En 1932 llega a cesar el servicio y se ofrece la explotación al Ayuntamiento, el cual lo rechaza por ser inviable. En 1933 la OAMSA cierra y los obreros son indemnizados con las herramientas y autobuses: se crea la Cooperativa Obrera Automovilsta (COA). Un año después, cerrará  La Unión, haciéndose cargo la COA de las líneas.
Con el apoyo del alcalde D. Rafael Álvarez Claro, a la postre antiguo accionista de OAMSA, les son cedidos en precario unos garajes en la calle Tte. Aguilar de Mera para la realización de su actividad. Los comienzos fueron duros y la escasez de materias durante la Guerra Civil, tuvieron que solventarse con imaginación y esfuerzo personal. Ya en 1939, compran un local y se trasladan a la calle Montemar nº1 (antigua Casa Montes).
El inicio de la Segunda Guerra Mundial no hizo más que agravar la situacion de escasez. La afinidad del régimen español con el alemán se tradujo en un bloqueo internacional. De nuevo, el ingenio sale al paso: los autobuses, en su mayoría de gasolina, se adaptan a gasógeno. Para aprovechar al máximo los recursos, la línea hasta Beni Enzar amplió su capacidad por medio de remolques. Finalmente, para adptarla a los nuevos tiempos, se constituye la Cooperativa de Ómnibus Autobuses, manteniendo las siglas COA. 
Siempre como cooperativa, de padres a hijos, nuestras queridas Coas han ido mejorado el servicio. Con sus altibajos, al filo de lo que la economía y la población les marca. De todas formas, el melillense no está acostumbrado al transporte colectivo. Un parque móvil de 57.000 vehículos (según datos de la Policía Local) para 65.500 habitantes (según el INE) en 12 km2 posiblemente sea la causa. Estas cifras nos indican que cada ciudadano mayor de 18 años posee algo más de un vehículo de media. Quizás por eso, Melilla debe de ser la única ciudad de España donde no existe una empresa municipal de transporte público.  No obstante, aquí tenemos la COA.







                                       








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