El Inmortal. Podríamos referirnos a la serie de TV de los 90, en la que el protagonista, Duncan McLeod, cabalgaba a través del tiempo en un Citroen DS Cabrio. De hecho, ningún vehículo sería tan apropiado para ello. Hablamos realmente de un revolucionario coche diseñado en los años 50 por Flaminio Bertoni (no confundir con Nuccio Bertone). Apodado como Tiburón por su silueta, es considerado como uno de los precursores en seguridad en carretera además de figurar en varias encuestas como el coche más hermoso jamás diseñado, por delante de modelos de marcas más emblemáticas. Aunque en un principìo adolecía de un motor a la altura, el conjunto de innovaciones técnicas sumado a su futurista carrocería hacían del mismo un verdadero platillo volante.
Rescatado hoy para la pequeña pantalla como coche emblemático en otra serie, el Mentalista (muy espectacular al resolver los casos), resulta raro que no hayan elegido uno de los grandes carros utilitarios de las grandes marcas generalistas de producción americana. Y es que ha llegado a ser un gran coche, un icono atemporal: un inmortal.
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