Combustibles alternativos

La escalada de precios de los combustibles fósiles nos empuja a buscar alternativas. Nuestra apreciada gasolina no resulta ya tan barata, no es renovable y es contaminante. ¿Hemos agotado esta forma de producir energía? No del todo. Por una parte tenemos motores híbridos y eléctricos, aunque personalmente, no creo que sean la solución. A la larga tendremos problemas con las baterías y su reciclado. Y seamos justos, son caras y poco eficientes por el momento.

La primera opción real son los biocombustibles como el etanol y el biodiesel. Obtenidos a partir de vegetales, tienen menor capacidad energética pero son completamente renovables. Además, durante su crecimiento, absorben  monóxido y dióxido de carbono produciendo oxígeno, con lo que equilibran en cierta manera la tasa de contaminación. Actualmente se mezclan con las gasolinas para abaratar su precio y subir el octanaje. Así, una gasolina E10, tendrá un 10% de etanol. 

Brasil fue pionero en la implantación del etanol. Desde hace más de 30 años ha desarrollado su propia tecnología de destilado a partir de la caña de azúcar, que hace su producto muy competitivo. La industria automovilística brasileña desarrolló vehículos con motores capaces de funcionar con cualquier proporción de gasolina (E20-25) hasta etanol puro (E100).
El biodiesel es un combustible que se obtiene a partir de grasas naturales vegetales o animales mediante procesos industriales y que sustituye total o parcialmente al procedente del petróleo (B10, B30, etc.).
Otra posibilidad son los gases combustibles. El GLP es una mezcla de propano y butano licuados  presentes en el petróleo. El GNC es esencialmente metano almacenado a alta presión.  Por ser económicos y ambientalmente limpios, son considerados una alternativa sustentable para la sustitución de combustibles líquidos.