La potencia habitual del motor de un escarabajo oscila entre 34-50cv. La forma más fácil y barata de aumentarla sería instalar dos carburadores para mejorar la alimentación y la sustitución del encendido clásico de platinos por uno electrónico. Así, ya notaremos mayor alegría de marcha. Preparadores como Okrasa y Empi, ofrecían kits similares para los Porsche 356 y primeros 912.
Para conseguir un aumento de más del 50%, habría que trabajar las culatas, una admisión específica, un cigueñal nuevo, mejorar la refrigeración y toda una serie de detalles para los que el mercado está perfectamente surtido. Parece mucho jaleo para alcanzar 80-90cv pero una carrocería con un peso contenido inferior a los 800kg, juega a nuestro favor. En cuanto a la transmisión, es una caja de cambios suficientemente robusta, aunque no estaría de más aligerarla y reforzarla.
Para los más quemados, podemos partir de motores de mayor cubicaje intercambiando los cilindros por otros mayores. Pasar de un modesto 1200cc a otro de hasta 2800cc, con lo que podremos llegar al doble de potencia. Añadir un turbo no resulta descabellado, Judson lo ofertaba desde los años 50. Una preparación más radical sería ya la sustitución del motor por otro de arquitectura más moderna de otras marcas como Subaru y Alfa Romeo, conservando la configuración bóxer, aunque no sean air cooled.
Como hemos visto, todo un abanico múltiple de recursos a la orden de nuestra cartera. Si le añadimos una carismática apariencia, hará de nuestra afición, toda una religión.
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